EL MISTERIO DE LOS CERDOS CANTORES


La novela que relata la historia casi real de unos cerdos que cantaron

...los cerdos les atacaron y los matarron arrancándoles la carrne de sus cuerpos a morrdiscos...

Unos cerdos que cantan, una mujer misteriosa, un funcionario diligente, algunos empresarios preocupados, un ganadero agobiado, un animalista de opereta, un aspirante a reportero, una joven de pechos extraordinarios, un iceberg siberiano, dos veterinarios desconcertados, un comercial alpinista y sus becarios, un policía alérgico a la sangre, un hombrecillo lésbico..., y muchos más personajes que podrían estar sacados de la vida real. Todos ellos se encuentran sumergidos en un misterio que empieza con el relato sangriento de una vieja leyenda rusa sobre unos cerdos asesinos.
Solo hay una novela que transcurra en una granja de producción porcina contemporánea y se titula El misterio de los cerdos cantores

Book trailer HD
http://youtu.be/aLbiBIrdD3w
O busca en You Tube o Google "misterio cerdos cantores"

Homo depredador versus Homo consumidor

Sin embargo, el motivo principal para construir una inusual trama en una explotación porcina contemporánea y, a su vez, descubrir al lector un sector altamente profesional, es remover el acallado tema de la relación entre el hombre y el resto de los seres vivos.
Esencialmente, en “El misterio de los cerdos cantores” emerge la idiosincrática valoración moral que emitimos según la proximidad genética de la víctima. Dicho de otra manera, ¿es permisible comer primates?, y ¿otros mamíferos?, ¿y aves, reptiles, peces, crustáceos, insectos...? ¿Dónde está el límite y bajo qué criterios se establece? Son preguntas que deberíamos intentar contestar cada uno. No sirve proclamar que no comemos animales, dimensionemos el concepto.
También en esta novela se evidencia la hipocresía del homo depredador y del homo consumidor. Parece evidente que, aunque intentemos esconderlo, cuando tenemos hambre emerge nuestra naturaleza más animal y devoramos sin remordimientos. Y que, puestos en un escenario más acomodado, por mucho que exijamos el bienestar de los animales de producción, ¿estamos dispuestos a pagar el coste que esto representa?
Además, ya que hablamos de consumidores, también es preocupante la tendencia, de los que tenemos la suerte de vivir en el primer mundo, a invertir la escala de valores nutricionales. Por ejemplo, es absurdo que un litro de leche pueda llegar a valer menos que un litro de refresco sintético.
El autor detesta el maltrato animal pero quiere evitar que se ignoren ciertas evidencias de la mano de un complaciente desconocimiento

Coronel Pig

Creo que ya es hora de que me presente: me llamo José Coronel, pero como ya hace un tiempo que me dedico al cerdo, se me conoce por Coronel Pig. En este momento no me viene a la memoria quién fue el gracioso que me sacó este apodo, pero, la verdad, ya me he acostumbrado a él.
Y esto de dedicarme a la cría de animales es debido a las circunstancias de la vida. Mi padre tenía una pequeña granja de la que vivió toda mi familia durante muchos años. Recuerdo haber pasado mi niñez jugando con lechones y correteando entre parideras.
Junto a mi hermano mayor, hemos gozado de miles de batallas imaginarias mientras nuestros padres trabajaban llenando de pienso las tolvas a mano y cubriendo a las cerdas con machos de testículos enormes. Fue una época bien bonita en la que las peculiaridades de la naturaleza animal (sexo incluido) formaron parte de nuestra educación. A lo mejor, por este motivo, se me ocurrió hacer psicología. Y la verdad, no se me dieron mal los estudios... (capítulo 3)

Granja

La carne de cerdo, una fuente de salud

—Además, la carne de cerdo tiene casi tan poco colesterol como la de pollo y, por añadidura, una elevada tasa de proteínas altamente digestibles con una proporción de aminoácidos muy adecuada para nuestro organismo. Al mismo tiempo, estas proteínas aportan hierro orgánico que estimula la absorción del hierro mineral, tan necesario para evitar anemias ferropénicas.
—Ahora que lo dices, algo vi por la tele…
—Incluso, su consumo aporta la cantidad adecuada de zinc, fósforo, sodio, potasio, vitaminas C, B12 y tiene de 8 a 10 veces más de tiamina o vitamina B1 que otras carnes. Y no hablemos del cerdo ibérico alimentado con bellota que tiene una tasa de oleico tan importante que casi son aceitunas con patas

*Imagenes de la web cedidas por Optimal Pork Production y Albesa Ramadera

© Roger Galofré